Nueve años de Ediciones O



Me inicié en la lectura, la escritura creativa y la edición casi al mismo tiempo, siendo en los tres campos un amateur absoluto. Leí y escribí poemas de amor, sonetos y villancicos. Fundé una revista (Bistró) que, románticamente, cumpliría años el 21 de marzo, día internacional de la poesía. Viéndolo ahora, pienso que no tenía proyectos sólidos sino buenas intenciones, nada más y nada menos. La revista terminaría desechada por la sobrepoblación de publicaciones seriadas digitales, dando paso a la fundación de Ediciones O: libros de poesía gratuitos, breves y electrónicos. Son ya nueve años de Ediciones O, pero unos cinco de entender, realmente, el oficio de editar.

Para qué otra editorial es una buena pregunta. Ante un sistema de publicaciones que se adapta y lucha por vender, es común que la medida de las 60 cuartillas mínimas sea el producto deseable y editable. Decidí, para Ediciones O, un concepto triplemente marginal: poemarios brevísimos a la manera de plaquettes, con propuestas peculiares en términos estéticos y conceptuales, y distribuidos de manera digital. Nunca verán, pues, en la versión actual de la editorial, un libro paisajista y poco aventurado. Es, todo esto, una apuesta personal contra el ruido que siempre leemos.

Ediciones O, además, ha sido una manera de ejercer el mítico: “si quieres que algo salga bien, hazlo tú”. Incluso experimenté con mi propio libro, XVIII (Premio Punto de Partida 2021), para inaugurar la colección Apariciones, de la que estoy muy orgulloso. El catálogo cuenta con preciosos libros de Enrique Carlos (Un caballo contestó, mi madre), Edson Martínez (Tahúr, Premio José Emilio Pacheco 2022), Rodolfo Herrera López (400μg, Premio Lagos de Moreno 2023) y próximamente con los títulos La línea recta del sonido (Premio Punto de Partida 2022) de Andrés Segovia, y Los animales que matamos (Premio Estatal de Poesía Dolores Castro 2023) de Daniela Escobar. Todos y cada uno de estos libros son grandes apuestas personales: pongo sobre la mesa estos títulos tratando de transmitir lecturas insólitas. ¿Por qué poetas tan buenos aceptan y también apuestan por este sello digital y extraño? Quizá por congruente, no lo sé. Tienen la certeza de que no me interesa lucrar ni apropiarme de sus libros. Quizá, quizá.

Ahora mismo, me es imposible diferenciar la lectura de la escritura y la edición: mis procesos se han mezclado, se confunden de manera enfermiza. Descreo de los escritores que dedican todo su tiempo a escribir sus propias historias, sus propias ideas, sin impulsar las de otros. No creo en la literatura con posturas sociales, creo en ideales estrictamente estéticos en el territorio del poema. El resto es secundario. Eso es Ediciones O, una forma de tensar mi posición con la literatura, de hacer públicos mis intereses. Leer, escribir y editar son verbos que no concibo por separado, trato que la editorial sea prueba de ello.

¿Mencioné que los libros son gratuitos? ¿mencioné que en los próximos meses se lanzarán dos novedades preciosas? No se las pierdan a través de las redes de la editorial: Edicionesomx en Facebook, y en la web edicionesomx.wordpress.com, que todo lector está a un click de distancia de estos extrañísimos y cada vez más necesarios libros.


[Publicado originalmente en "El Egoísta",
columna del diario Novedades Yucatán]